No tiene que ver con nada. La leyenda de Júpiter
Un 127 reutilizado que se llama Júpiter. No es Herbie, pero casi, contemporáneo suyo, casi. Se llama Júpiter porque la placa que la joven dueña conductora le pusiera un día bajo la matrícula así reza. Matrícula con una de las primeras consonantes del abecé, o sea, un coche muy antiguo, o sea, en estos tiempos toda una reliquia. Todavía recuerdo aquellos coches con matrículas sin letra, es decir un Z-56972, por ejemplo, es decir, de lo primerito que se hizo matrícula y coche en la city. O sea, nuestros herbies abuelos, los pioneros. Aún los hay. O los había. Si no, pues eso, reliquias del pasado, como este Júpiter 127, de conductora joven y amante de la comodidad, del encanto y detractora del lujo sobre cuatro ruedas. En el fondo todo un encanto. Haberlos haylos. Como Júpiter, y la dueña de Júpiter.
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