Blogia
jácaras reales

Tirez sur le pianiste

Tirez sur le pianiste

Lo único que se oía en el cine cuando todavía no se hablaba eran las reacciones de la gente y el sonido de un piano. Los más sofisticados ponían violines y más historias, pero lo normal era un piano. En El narrador de películas, de Gert Hofmann, se habla de la figura que, a la par que se veía la película, iba contando a la gente lo que pasaba en la película. Se supone que en las películas que no llevaban letreros, o aun así, en los que llevaban letreros, pero pocos. Lo primero que hizo Hitchcock en el cine fue escribir lo que se leía en los letreros de las películas (me acaba de venir un dèja vu)*

Cuando veo una película muda, le quito el sonido si viene con música. Para oírlas igual que en los cines donde no había piano, que en realidad era como se veían. Lo que hizo el Giorgio Moroder con Metrópolis fue pasarse. Juana de Arco de Dreyer la vi en la filmoteca sin sonidos. No se oía un alma porque nadie dijo ni mu. Chaplin dijo que nunca haría una película que no fuera muda. Para algunas películas mudas Chaplin se compuso él mismo la música. En Luces de la ciudad puso La violetera antes de que aquí oyéramos pedir comprarle ese ramito a Sara Montiel. Disgresión, puro estilo guardián de Salinger: El emigrante de Chaplin es una obra maestra. Cuando llegan y ven la estatua de la libertad (foto)

En alguna de las películas actuales no estaría de más que hubiera algún narrador de películas.

* Será que hace años, cuando todos éramos más jóvenes, dejé ya algo escrito sobre el genio gordinflón.

1 comentario

Alvy Singer -

La narración siempre me recuerda a la clásica v en off heredada del noir... es un elemento ciertamente olvidado, y cuando se recupera nunca es por un sentido básicamente \"intencionado\" sino experimental.

Hablo de SIN CITY donde la narración se hereda del comic y poco sentido \"real\" tiene este grandioso experimento entre lenguajes.

Por otra parte las neo-BSOS de clasicos es al sonido lo que el coloreo a los films en blanco y negro:
Un apocalipsis.

¡Un saludo