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jácaras reales

Cine

AH!

AH!

(c) Bob Willoughby

Una de las razones por las que me guste tanto My fair lady (recuerdo un experimento que hicieron una vez en TV, la emitieron dos veces, una detrás de otra, la primera vez doblada hasta en las canciones, la segunda en completa y exclusiva versión original) es la persona que está sentada a la izquierda de la foto. La bicicleta lleva su nombre impreso, Cukor le escucha. Hay una escena, cuando canta el I could have danced all night, que vale la entrada.

Ball of fire

Ball of fire

Esta película no la he visto. Lo mejor es que de esas películas con las que te da gusto perder tiempo buscando aunque no las encuentres. Y tampoco sabía cómo entrarle a Barbara Stanwyck para dedicarle un post. Saldo la deuda.

Bluesy

Bluesy

(c) Leo Fuchs

Preciosa fotografía y preciosa Joanne Woodward en 1960. À Paris. Lo más probable durante el rodaje de la película Paris blues (en España, dando la nota, tenía que llamarse Un día volveré), en la que coincidía con su marido. Dentro de poco, un año sin blue eyes.

El tren

Esta película, con todas y cada una de las letras, la he visto repetirse cada vez que un director de cine no puede resistirse y rodar un plano homenaje al inicio real del cine. Lo que fue el fin de trayecto para este tren (primer documental también) que llegaba a la Ciotat en ese 1895 suponía para todos nosotros la suerte de que empezara la magia (y la mentira) pero a bastantes fotogramas por segundo.

(En puridad, el primero en proyectarse fue la salida de los obreros de la fábrica Lumière, pero me da igual)

Vestuarios

Vestuarios

Hay una escena en la película en la que a Jeanne Moreau, a pesar de que no era ni Jules ni Jim, Truffaut le hace vestirse de hombre. François Truffaut y Jeanne Moreau, en esa segunda película en la que ella y el padre de Antoine Doinel coincidieron, hablan. Sobre qué. O se escuchan. O ambas cosas. No sé por qué pero agradezco que Truffaut fuera, al menos ese día, vestido con traje y corbata al set de rodaje. Quizá rodaron o acababan de rodar la escena en la que Jeanne les hace trampa a Jules et Jim para ganarles una carrera en el puente.

When you're smiling

When you're smiling

Hace tiempo que le debía un post a Carole Lombard. Rubia, para variar. Enamoró y le dio los mejores años de su vida a un chico de Cádiz, Ohio, que acababa de protagonizar Lo que el viento se llevó. Me hubiera gustado poner todas las fotos que he encontrado de Carole Lombard. En algunas está con el chico de la otra tacita de plata. Me quedo con ésta, que tiene un algo que no sé explicar, quizá ese tipo de sonrisa.

Speak, brother, speak

Speak, brother, speak

A Harpo Marx le caracterizaban varias cosas. Una es evidente y ni siquiera merece la pena hablarla. Otra, dio origen a su sobrenombre. Otra, que debajo de su gabardina se escondían algunos de los artilugios más insospechados. En una de las películas que más me gustan de cuando los hermanos todavía eran cuatro, debajo de la gabardina Harpo se esconde un lienzo que para Chico es una birria pero que para una banda de ladrones vale, más que su peso, lo que tiene pintado en oro. Una de las integrantes de la banda es esta morena escotada que se le insinúa en escena a Harpo. Harpo Marx se caracterizaba por una cuarta cosa, y era que iba detrás de todas las chicas jóvenes que se le cruzaban en el camino. Y para eso ya se le podía poner por delante el mismísimo rey de Inglaterra. Es por eso quizá que cuando no veía trigo limpio, porque desde su falsa mudez desarrolló ese sexto sentido marxista, o cuando veía que aquello que se le acercaba tenía otro color de pelo, pusiera todo tipo de caras, una de esas otras cosas por las que Harpo empezó siendo mi hermano favorito.

Enamorarse

Enamorarse

Quería encontrar el póster de alguna de mis películas favoritas, de ésas que puede que, sin ser de llorar, me hagan llorar. Pero se me ha cruzado de buenas a primeras este póster de la única comedia (reconocida) de Alfred Hitchcock y me ha tocado algo por ahí adentro. Puede que la culpa la tenga Shirley MacLaine, que hizo con ésta su primera película antes de enamorarnos a todos y a Jack Lemmon. Y me he quedado con ella.

Búfalo no puede dormir

Búfalo no puede dormir

El año que Ginger Rogers le ganó el Oscar como mejor actriz a Bette Davis, a Katharine Hepburn, a Joan Fontaine, el mismo año en que Rebeca le ganó a Las uvas de la ira, a El gran dictador, a Historias de Filadelfia, también ganó el Oscar James Stewart, por Historias de Filadelfia (como director John Ford le ganó a Hitchcock, a Wyler, a Cukor). La noche en que el actor y la actriz ganan el Oscar, ambos dos se hacen una foto de las que pasan a la posteridad. La noche en que Ginger ganó a la Davis o la Hepburn, se hizo esa foto con James Stewart (que ganó a Henry Fonda, a Chaplin, a Olivier). La semana pasada dije que había una foto (la de arriba) que me recordaba mucho a otra muchísimo más reciente en el tiempo. Esa otra foto muchísimo más reciente pertenece a la memorabilia de mi alma gemela, la cual me dirá si tiene una ligera idea de por dónde van los tiros (ya sabes, San Javier)

Me puedo imaginar perfectamente a Ginger Rogers bailando con James Stewart. James Stewart bailando fenomenal aunque lo más que bailó fue (mal) junto a Donna Reed la noche en que se enamoran en Qué bello es vivir. Me parezco a Jimmy, a Lester, o por lo menos creo parecerme, no sólo físicamente (no sé si lo he dicho ya en el blog alguna vez, le dicen algo así a Jimmy en una película: Me enamoré de tu nuca. Y qué pensaste cuando me di la vuelta. Que me tendría que acostumbrar a tu cara).

(Thank you, baby).

Shall we dance?

Shall we dance?

Cuando antes ponían por televisión en horario de cualquier audiencia películas como las que hacían antes, me acostumbré a ver esas películas, me acostumbré a ver películas en B/N y me acostumbré a ver a Ginger Rogers sin saber que era Ginger Rogers, supongo que era al lado de Fred Astaire (Fred Astaire siempre supimos que era Fred Astaire). Ginger Rogers tardó en convencerme, aunque ahora cada vez me llama más la atención. Me gusta cuando le vacila a Fred Astaire. El año que ganó el Oscar lo ganó junto a James Stewart. Tonta razón que hace que Ginger Rogers cada vez me guste más. La foto en la que posan juntos con la estatuilla y en la que Ginger mira/admira a Jimmy la pondré otro día y diré a qué otra foto mucho más reciente me recuerda sobremanera.

Maycomb, Alabama

Maycomb, Alabama

Cuando nos dio nuestros rifles de aire, Atticus no nos enseñó a disparar. Fue el tío Jack quien nos instruyó en sus principios, dijo que Atticus no estaba interesado en armas. Atticus le dijo a Jem un día:

 -Prefiero que disparen a las latas vacías en el patio trasero, pero sé que ustedes van tras los pájaros. Dispara a todos los pájaros azules que quieras, si es que les puedes acertar, pero recuerda que es un pecado matar un ruiseñor.

 Ese fue el único momento que escuché a Atticus decir que era un pecado hacer algo, y le pregunté a la señorita Maudie al respecto.

 -Tu padre tiene razón-, me dijo ella. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que cantar su corazón para nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor.

(O motivos por los que es obligatorio ver (y leer) una vez en la vida Matar un ruiseñor: Atticus Finch, los hijos de Atticus Finch, el esclavo negro acusado de violación, Robert Duvall)

Confessions

Confessions

El director de Dogville confessions, un making of elevado a la categoría de documental acerca de la película de Lars Von Trier del año 2003, hace eso, destripar Dogville, a Lars Von Trier y a la madre que lo parió. El director de Dogville confessions, que se llama Sami Martin Saif, perteneciente a la productora de Zentropa, tiene una buena idea y hace pasar por el confesionario a varios de los actores de la película en el que (casi o sin casi) ponen a caer de un burro a Lars Von Trier. Lars Von Trier es el jefe de Zentropa, pero como Lars Von Trier también es un tío muy raro quiso que en el DVD de Dogville saliera este making of elevado a la categoría de documental.

No sólo hay confesionario. La cámara de Sami Martin Saif sigue el rodaje diario de la película Dogville. Por ejemplo, Nicole Kidman fumando y esas cosas que no pueden enseñarse. El rodaje de unas escenas en las que Nicole Kidman lo pasa mal. Lauren Bacall diciendo (sic) a Lars Von Trier: “¿Estás insinuando que sobreactúo?” Lauren Bacall diciendo: ”Un final es un final y los finales nunca son felices”.

Como Lars Von Trier es bastante raro es normal que en este making of elevado a la categoría de documental se diga lo que se dice y se vea lo que se ve, tan diferente de un making of al uso en el que todo el mundo es maravilloso. Ojalá hubiera directores más raros (o más valientes) como Lars Von Trier y supiéramos menos cosas al uso y más de las que importan.

La última película de Lars Von Trier va para nota sólo con el título. Espero que no tarde mucho.

Au Hasard Anna

Au Hasard Anna

A veces pasa que vas viendo películas y películas, más películas, y se te llega a olvidar que has visto esa cara en alguna otra parte. O no te das cuenta de que ya la has visto en unas cuantas películas. Como me gusta ver cuanto más cine francés, mejor, la cara de Anna Wiazemsky ya no se me va a pasar más desapercibida. Como me faltan de ver películas de Godard, creo que me voy a cruzar alguna vez más con ella. Que aunque parezca francesa, era alemana.

Probablemente la primera película en la que me llamó la atención fue en la aquella en la que Balthazar no era el nombre de una persona.

Le grand sommeil

Le grand sommeil

Pongo el poster en francés porque me parece una obra de arte. El texto, en inglés, porque me gusta más oírselo a la voz de Humphrey Bogart. Luego lo que se oyó en España.

My, my, my. Such a lot of guns around town and so few brains. You know, you’re the second guy today who seems to think a gatt in the hand means the world by the tail.

O

Caramba, caramba. Tantas armas en la ciudad y tan pocos cerebros. Sabe, es usted el segundo tipo que veo hoy convencido de que con una pistola en la mano es el dueño de mundo.

(A Philippe Marlowe un tal Joe le está apuntando con un arma)

Perder la cabeza

Perder la cabeza

Se termina una de las cosas por las que merece la pena la vida y te dan ganas de decirle a Woody Allen (en plan La Rosa púrpura de El Cairo, meterte dentro de la pantalla y decírselo) que añada a la lista a Jean Hagen. Por favor. No es de las primeras cosas que te vienen a la cabeza cuando se termina la película definitiva de Gene Kelly, de Donald O’Connor, de Debbie Reynolds, pero a mí el otro día, viendo otra película y en una nostálgica sesión de insomnio antes de dormirme en la que repasé mentalmente varias cosas por las que merece la pena la vida nacidas del cine, a mí el otro día me vino a la cabeza Jean Hagen. Que perdió el Oscar ese año porque se lo ganó otra de las actrices por las que merece la pena perder la cabeza.

(PD entre paréntesis: ¿me perdonas, B., si digo que Jean Hagen es otra de esas actrices que me recuerdan a ti?)

Ellos las prefieren rubias

Ellos las prefieren rubias

Buscaba fotos que poner de Simone Signoret porque quería simplemente poner una foto de Simone Signoret. Buscaba una foto que me recordase la mezcla de sensaciones que de pequeño me producía la mirada de Simone Signoret. No recuerdo la película pero era de las que en teoría yo no podía ver. Buscaba los ojos de Simone Signoret cuando en la búsqueda me ha salido también la cara de Marilyn.

En otras fotos, todas de la agencia Magnum, todas de Bruce Davidson (otro más que ya está en la lista), Marilyn ejerce de anfitriona. Quizá no esté mal empleada la palabra porque las fotos están hechas en el Beverly Hills Hotel, y Marilyn tenía allí algo más que pase pernocta. En la foto se les ve a las dos mirando como mira una mujer enamorada. En ese momento la voz cantante la lleva Yves Montand, bien sûr. Arthur Miller también escucha. Y sonríe al cantante actor. Marilyn mira a su marido sonreír. Simone Signoret mira por inercia a Yves Montand. Hay un juego circular con las miradas que me gusta, como si se estuvieran pasando la pelota. Quizá en ese momento Yves Montand haya dejado ya de hablar y los cuatro se encuentran en ese momento en el que sobran las miradas, y lo mejor es mirar y ser mirado. Las dos esposas se llevan la mano a la boca cerrada en un puño. Hay vino y un brick, que puede ser de leche. Me gusta que haya esa aparente contradicción.

Me gusta el negro de Marilyn y lo que se deja ver. Me gusta más su expresión. Y más lo que estaría pensando en ese instante.

La foto se hizo cuando Yves Montand y Marilyn rodaban El multimillonario. Siempre se dijo que habían mantenido un affaire durante el rodaje. A veces es mejor hacer eso de los oídos sordos.

Creo que es ella, pero hay un reparto de protagonismo en la instantánea bastante curioso.

Los mejores años de su vida

Los mejores años de su vida

Lo malo que tenía Myrna Loy es que es tan buena actriz que a veces se me olvida lo guapa que es. Y sobre todo, esto.

I can't give you anything but love

I can't give you anything but love

Ésta es una manera como cualquier otra de decir cuál es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Me gustaría encontrar más posters que me digan algo.

Cara de palo

Cara de palo

En 1934 Buster Keaton tuvo que marcharse hasta Francia para seguir haciendo cine. Las circunstancias y la Metro hicieron que su estrella no brillara como cuando el cine no hablaba. Cuando volvía en el barco a casa, alguien le hizo esta fotografía.

Torero

Torero

Lo menos hará tres años que lleva esperando en el limbo la recreación que de la vida de Manolete, ese torero, ha encarnado Adrien Brody al lado de Penélope Cruz. Hará tres años que alguien no lo ve nada claro, que esa historia pueda tener punch.

Hace diecinueve años en un Fotogramas de febrero, de portada, todavía ¿actor?, Arnold Schwarzenegger, ya me sorprendió en su día el anuncio en forma de cartel promocional del proyecto de rodaje de una recreación de la vida de El Cordobés. Padre. Lo que nunca podría nadie imaginar es el efecto que casi veinte años después iba a provocar el saber qué persona estaba destinada a protagonizar este spanish biopic. Últimamente esa persona podría haberle arrebatado muy tranquilamente el Óscar a Sean Penn.