La chica del calendario
Es más que posible que Atom Egoyan todavía no tenga ninguna obra maestra. Puede que tampoco sea de esa gente que termine nunca haciendo aunque sólo sea una obra maestra. Este buen hombre es un armenio que hace buen cine en Canadá, ese cine del que no sabríamos nada si no nos llegaran películas de Denys Arcand o de Jean Marc Valleé. El otro día, viendo Calendar te daba tiempo a pensar en éstas y en otras cosas, porque Atom Egoyan tiene la habilidad de que estás viendo su cine contemplativo que te obliga y deja tiempo para darle vueltas al coco. Cosa que hacen él, Haneke y dos más. A Calendar le pillas el tono y la historia por tu cuenta, porque si no te curras la película, seguro que sales jurando en hebreo, judeo-cristiano o armenio. Calendar es una película de tapadillo, incluso en su filmografía.
El liquidador es otra magnífica película. Y Exótica. Pero ninguna es ninguna obra maestra y aún me quedan de ver suyas. Me gusta Egoyan porque es un creador de los que van a su bola, aquéllos que casi no les importa siquiera lo que diga la gente que va a ver sus películas. Las películas suyas en Zaragoza van todas de cabeza a los Renoir. Los cines Renoir son los cines de Zaragoza a los que van las películas que son como las que hace Atom Egoyan. No me he visto todas las películas de Atom Egoyan. Me he visto El liquidador, me he visto Exótica, me he visto El viaje de Felicia, Where the truth lies y me he visto Calendar.
Hay una actriz que sale en Calendar y en todas sus películas. En realidad todo esto viene a cuento de que me acabo de enamorar. Y encima la tía es buena actriz. Lo malo de todo es que está casada con el director.
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Nate Fisher -