Teloneros

Y de que Arniches dista de ser sólo aquél que cultivaba el género del sainete, porque sainete parece que siempre ha sido sinónimo de simplezas o bagatelas. Arniches divierte, cosa rara a veces. Con esa pretensión firmaría cualquiera que empieza la primera línea de algo, y también lo rubricaría hasta terminar con la última. Y es que a éstos hay que leerlos. Porque además eran años los suyos para poner, como ellos hacían y muy bien incluso fuera de su España, el dedo en la llaga.
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