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jácaras reales

El sello

El sello

Los franceses tienen una cosa que me gusta, cuando hacen películas. Y en particular esto pasa con las antiguas. Antes de que empiecen. Los nombres que se ponen algunos actores en los títulos de crédito. Por ejemplo, Arletty, que era una actriz estrellona más atractiva que guapa; o Dasté, o Carette, o Modot, o Genin, o Vigan, o Legris. O sea, sólo el apellido, o que sea un pseudónimo. El nombre artístico, que se dice.

 

Muchos de ellos provenían de la Comedie Française, y así lo hacían saber poniéndolo debajo de su nombre. Algo así como una rúbrica con prestigio. Y así ya con el nombre como que te avanzaban lo morrocotudamente buenos que luego realmente eran. Y los ves una y otra vez en las películas de la época, aunque al principio no te quedes más que con las caras, pero luego ya comienzas a identificarlos más. Me recuerdan en ese sentido a los actores japoneses que te empiezan a sonar después de haberlos visto mil veces con Ozu, Mizoguchi o Kurosawa.

 

Y digo yo que será que no, pero leyendo tal o cual firma artística se me aparecen ligados en la mente los nombres de la Comedia del Arte del Arlequín y de Pierrot. O Polichinela y Colombina. Que no tendrá nada que ver, digo, pero que leyendo tanto unos y otros queda envuelto todo con un halo de cercanía, de cariño, de familiaridad, con unos tipos que se te hacen entrañables antes de verlos. Ligados para siempre a una denominación de origen particular y distintiva. Su sello característico.

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