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jácaras reales

Every time we say goodbye

Every time we say goodbye

Iba a escribir, tenía pensado aprovechando el 25 aniversario de algo, sobre algo que iba a enganchar con Keith Jarrett, los Beatles y los gemidos eróticos. Igual me sale otro día. Pero como me he puesto de muy mala leche al enterarme de la muerte de uno de los tres nombres de la batería en jazz tres días después de que ocurriera leyendo una vez más a mi fuente de Olvido, digo:

Que, como ya le dicho a Olvido, este país es una mierda.

Que se puede llorar escuchando un solo de batería de diez minutos.

Que hace unos días se murió el contrabajo de Art Davis y sí que lo publicaron. Se equivocaron.

Que me sienta como me sienta cuando hablan de algo de jazz en la prensa.

Que yo también me pregunto que adónde se van a parar esos instrumentos cuando se les muere el dueño (quiero creer que lo sé: quizá haya un paraíso también para ellos)

Que antes de morir quiero ir a Toronto a pisar el Massey Hall.

Que se ha muerto Max Roach.

2 comentarios

Zoe -

Una pena, la verdad.

Olvido -

Si te sirve de consuelo, yo también me enteré en un blog.
Si te sirve de algo, también yo quiero pisar el Massey Hall.
Si te dice algo, es verdad que se puede llorar a lágrima viva con un solo de batería...

Besos