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jácaras reales

La bocana, el metro y la tentación

La bocana, el metro y la tentación

Me ha apetecido, porque así vienen las cosas siempre, de puro sopetón, hablar de Billy Wilder, de Tom Ewell y, one more time, de Marilyn. Porque la película que me ha venido a la cabeza porque sí es una obra maestra. No sé si lo será, porque hace mucho que la vi, pero si me ponen contra la pared y la espada ahora, lo digo. La tentación vive arriba lo es. La tentación que vive arriba es Marilyn, Tom Ewell es el que vive abajo y Billy Wilder el que los dirigió. Tom Ewell no ganó el Oscar ese año y ni siquiera estuvo nominado. Billy Wilder y Marilyn tampoco. Si me ponen otra vez contra la pared, lo diré. Tom Ewell está de Oscar. Y Marilyn está deliciosa.

Porque Billy Wilder dirige la que, por definición, debería llamarse película deliciosa. Una delicia es ver más de hora y media modélica, una comedia de la que, si hicieran hoy un remake, se cargarían todo su encanto. Una delicia es ver también a gente como Tom Ewell, a los que habría que recordar más rato, coño. Porque a Marilyn, al menos yo en este humilde blog, ya la recuerdo cuando bien me viene en gana. Y a Billy Wilder, que por algo está en los cielos, etc, etc.

Porque además es de las pocas veces en que el distribuidor español se cubrió de la mejor gloria cuando tradujo el título que había en inglés. Por una vez, por una vez.

Creo que hago bien en hablar de La tentación. Primero, porque así hablo de Marilyn. Después, porque así pongo otra foto suya. Y porque, entre una cosa y otra, así le vemos las piernas. Y al final de todo, viene bien porque así pongo esa foto.

La foto. La bocana, el metro y Marilyn.

2 comentarios

Olvido -

Yo te apoyo. Por una vez, se cubrieron de gloria (de la buena)

Esther -

Supongo que eso del traductor lo dices de broma, no? Coincidimos en que es una delicia de película maravillosa, toda ella llena de genialidades. Y tu querida foto, qué ocurrente, verdad?

Un fuerte abrazo.