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jácaras reales

El espejo

El espejo

Alvy Singer le pregunta a la taquillera del cine:

¿Ha empezado ya la película?

La taquillera le responde:

Hace dos minutos.

Alvy disgustado:

¡Ya está! ¡Dejémoslo, no quiero entrar!

Annie Hall, que en teoría iba a ir con él a ver la película:

No son más que dos minutos, Alvy.

Alvy dice algo que podría firmar yo, porque eso es una cosa que también suelo hacer:

No, lo siento, no puedo. Ya la hemos fastidiado. Yo, vamos, no quiero entrar a la mitad.

Annie que le dice a Alvy:

¿A la mitad? Sólo perderemos los créditos. Y están en sueco.

 

Ya sé que son cosas que son difíciles de entender. Más lo son de explicar. Pero una película es una película.

6 comentarios

Félix -

A las obras de arte no les puede faltar un trozo.

Sonará ordinario pero llegar a ver una película empezada es peor que llegar a un polvo empezado.....

josé miguel -

Gracias a todas por vuestros comentarios. Y por vuestras coincidencias.

Gracias por decírmelo, Esther. Blogia me trae de cabeza últimamente. Pero en ello estamos.

Muchos besos y abrazos.

esther -

Hola José, buena pelí. ¿Te has dado cuenta que has repetido la misma entrada dos veces? UN BESO.

Zoe -

Siiii, recuerdo esa secuencia! En La Habana podías entrar al cine cuando había empezado la película y te quedabas a "empatarla". La verdad es que yo buscaba el horario e intentaba llegar justo.
Un beso, José.

esther -

Qué tal, José? Esta claro y completamente de acuerdo. Una película empieza en los créditos y termina y en los créditos. Mucha gente llega tarde al cine o se levanta hacia el final de la película sin ver los créditos finales... en fin. Estoy de acuerdo contigo y con Olvido.

Cinéfilo, un beso de cine.

Olvido -

Yo estoy totalmente contigo (como siempre). No soporto perderme ni un segundo. Es como si te compraras un libro con las primeras páginas arrancadas. Sería inaceptable.
Tampoco soporto estar viendo una película y que alguien (intolerante) me pregunte cualquier cosa. El cine es una liturgia que merece respeto, silencio, intimidad, intensidad...

Besos (de los nuestros)