Dulce Emma, querida Debra
Maldigo mil veces el doblaje después de oír la voz de Debra Winger en La fuerza del cariño. Hay que oírla para saber lo que estoy diciendo. Hay que desconfiar de los premios si en el año 1983 no le dieron el Óscar a la mejor actriz del año a Debra Winger por La fuerza del cariño. Que se lo dieron a Shirley McLaine y a Jack Nicholson, por otra parte geniales en La fuerza del cariño. Pero yo hoy estoy hablando de Debra Winger en La fuerza del cariño. No había oído hasta ahora la voz de Debra Winger por lo que maldigo otras mil más al doblaje, ese puñetero apósito de la comodidad de las masas. Oír la voz de Debra Winger en La fuerza del cariño es indescriptible. Ignoro si en las demás que ha hecho hablará así también, cosa que una vez más, y van tres mil, deberemos agradecer a esa maldita cosa llamada doblaje. En Portugal me parece que no doblan las películas.
Un hilo en la voz de Emma. La sensación es que llegaba de farra todas las mañanas al rodaje.
La música de La fuerza del cariño, de Michael Gore. Me gusta bastante y resume muy bien la época pre-JJOO del 84. La escuché por primera vez en el especial de los 75 años de la Paramount en 1987.
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