Búfalo no puede dormir
El año que Ginger Rogers le ganó el Oscar como mejor actriz a Bette Davis, a Katharine Hepburn, a Joan Fontaine, el mismo año en que Rebeca le ganó a Las uvas de la ira, a El gran dictador, a Historias de Filadelfia, también ganó el Oscar James Stewart, por Historias de Filadelfia (como director John Ford le ganó a Hitchcock, a Wyler, a Cukor). La noche en que el actor y la actriz ganan el Oscar, ambos dos se hacen una foto de las que pasan a la posteridad. La noche en que Ginger ganó a la Davis o la Hepburn, se hizo esa foto con James Stewart (que ganó a Henry Fonda, a Chaplin, a Olivier). La semana pasada dije que había una foto (la de arriba) que me recordaba mucho a otra muchísimo más reciente en el tiempo. Esa otra foto muchísimo más reciente pertenece a la memorabilia de mi alma gemela, la cual me dirá si tiene una ligera idea de por dónde van los tiros (ya sabes, San Javier)
Me puedo imaginar perfectamente a Ginger Rogers bailando con James Stewart. James Stewart bailando fenomenal aunque lo más que bailó fue (mal) junto a Donna Reed la noche en que se enamoran en Qué bello es vivir. Me parezco a Jimmy, a Lester, o por lo menos creo parecerme, no sólo físicamente (no sé si lo he dicho ya en el blog alguna vez, le dicen algo así a Jimmy en una película: Me enamoré de tu nuca. Y qué pensaste cuando me di la vuelta. Que me tendría que acostumbrar a tu cara).
(Thank you, baby).
2 comentarios
esther -
Ay! estas pelis qué chulas son!
Besitos.
Olvido -