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jácaras reales

El ingeniero

El ingeniero

Que tire la primera piedra quien se sepa quién cojones es Rudy Van Gelder. Lanzaré la primera. Rudy Van Gelder puede pasar por el mejor testigo que ha tenido el jazz de la pasada centuria. Primero lo fue en Hackensack, y Monk le dedicó a Hackensack (sobre las harmonías de Lady Be Good) una más de sus geniales composiciones. Después montó guardia en Englewood Cliffs, ambas localidades de New Jersey y ante él continuaron acudiendo en peregrinación todos, los grandes. Desde Coltrane, Blakey, Morgan, Mobley, Monk. Miles. O sea, todo Dios. Qué les daba Rudy en particular, qué podía tener que llamase la atención de Cristo, amén de la madre. A lo mejor la cocina de su casa, que, en esta vida, ya se sabe. Pero puede que fueran mejor los largos desvanecidos que les preparaba en su otra cocina y que un día el gran Cifu acuñara como el típico desvanecido Rudy Van Gelder.

 

Todo aquél que escuche jazz y se precie de hacerlo tiene que mirar el reverso de los antiguos discos además del interior de los actuales formatos digitales. De otra forma, no verá a Rudy. Quizá ver, no lo verá, aunque sí verá su nombre escrito. Todo aquel que escuche jazz y se precie de hacerlo sabrá también que resulta obligatorio mirar el lugar y la fecha (o fechas) de grabación de la sesión del disco que tiene entre sus manos. Pues eso.

No voy a tirar más piedras porque no voy a decir qué es lo que hacía Rudy Van Gelder.

1 comentario

Anónimo -

Hacía música, pero no era (es) músico.
Grande Mr. Van Gelder. Y sus series.