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jácaras reales

Cine

Hablo de ella

Hablo de ella

Sí, es Juliette Binoche. Juliette Binoche ha salido en bastantes películas que a mí me gustan mucho. No tiene nada que ver con que Juliette Binoche a mí me guste mucho. O sí, no lo sé. El caso es que me han pedido que hable de El paciente inglés. Pero como resulta que a mí de El paciente inglés lo que más me gusta es Juliette Binoche, casi voy a hablar sólo de Juliette Binoche. Que me gusta bastante en Herida, muchísimo en Tres colores: Azul, o en Los amantes del Pont-Neuf. Envidio a Benoit Magimel, majo chico, buen actor, que comparte vida y piso con ella desde hace poco tiempo. Lo que no sabe (sí, porque se lo dije un día) la persona que me ha pedido que hable de El paciente inglés es que Juliette Binoche me recuerda (mucho) a ella.

Quizá por eso me esté dedicando a hablar más de lo que daría la cosa. Con todo el gusto del mundo. No es que me haya dado cuenta de que Juliette sólo tiene 7 años más que yo, es que creía que era mayor. Mejor. Para mí que esa chica es de las que mejora con el tiempo.

La última vez que la vi me pareció, tal como la vida misma, sencillamente deliciosa.

Dudas irrazonables

Dudas irrazonables

No sé. Igual me equivoco, pero me da lo mismo. El caso es que la miro y no se puede estar más guapa (dedicado a B., ella ya sabe por qué)

By this river

By this river

Cuando a Nanni Moretti se le muere el hijo en La habitación del hijo, a Nanni Moretti sólo le quedan dos cosas en la vida. Tres. El recuerdo del hijo, Laura Morante y esta canción de Brian Eno.

La chica de ayer

La chica de ayer

(c) Jason Bell

Como ya van unas cuantas veces que te veo últimamente, y antes de que el diablo se entere de lo que tengo que decirte, hay algo que quiero que sepas: me gustas más que ayer y que antes de ayer, cuando todos éramos más jóvenes. Cada vez que te veo me gustas más. Cada vez que te veo te lo repito: me gustas mucho, Marisa Tomei.

Love walked in

Love walked in

Poco importa lo que hablaban él y ella con la figura recortada en el interior del planetario después de la lluvia. Saturno, los satélites de Saturno o el pensamiento racional. A mí, cada vez que veo el B/N de esta escena o el final mismo de Manhattan, también me entran unas ganas terroríficas de enamorarme.

Happy days

Happy days

Nada más ver esta foto en un Fotogramas de 1995, me dije que Diane Keaton tenía que ser una de las mujeres de mi vida. Era tan hermosa.

La fiera

La fiera

No puedo dejar de mirar unos ojos que me miran. Éstos además están siendo últimamente un poco puñeteros. Otra vez que viene. Y otra vez que volverá si me sigue mirando igual esta fiera.

La costilla

La costilla

Katharine, y su pierna, posando para  Hoyningen-Huen circa 1935, cuando ya se merendaba sin problemas a cualquiera de sus compañeros de reparto.

El cine de Noah

El cine de Noah

La he visto últimamente en Margot at the wedding, una película que habla de verdad tanto como la anterior que dirigió Noah Baumbach, horrosamente traducida aquí por Una historia de Brooklyn. En Margot at the wedding Jack Black tiene un secreto que se cuida muy mucho de guardarlo,  el hijo le cuenta a la madre Nicole Kidman que la noche anterior se masturbó y la madre Nicole le dice que no tiene por qué contarle esas cosas. Una noche anterior la madre Nicole en la soledad de su habitación también ha hecho lo mismo. En Una historia de Brooklyn el niño de la familia, hijo real de Kevin Kline, también.

El caso es que a Jennifer Jason Leigh ya la veía yo hace 20 años. Con ese mismo gesto, no sé, de niña buena o de niña mala.

Surrealismo

Surrealismo

Harpo Marx se vendó los dedos para tocar su instrumento favorito el día que Salvador Dalí le regaló su instrumento favorito, envuelto en papel de celofán, cubierto de cucharitas y con cuerdas de alambres de espino.

El guión que escribió Salvador Dalí para los tres hermanos Marx y que la Metro rechazó y que nunca salió a la luz del cine se llamaba Giraffes on Horseback Courses.

Par de dos

Par de dos

¿Antes o después de la bofetada?

No hay dos sin tres

No hay dos sin tres

The Inge Morath Foundation/Magnum Photos, verano de 1960

Cuando se hizo esta foto, Marilyn ya no estaba casada con Arthur Miller. Pero no por ello Arthur Miller dejaba de observar. Estaba en juego el guión de The Misfits. Y Arthur Miller, por cojones,  tenía que estar ahí.

La maja desnuda

La maja desnuda

Where have you gone, Joe DiMaggio,
A nation turns it’s lonely eyes to you.

Simon and Garfunkel  Mrs. Robinson

(Foto: Lee Lockwood. revista Life, 1961)

Cuenta la leyenda que a Joe Dimaggio, la mega-estrella del deporte americano del momento, le entró el mayor ataque de celos que había conocido hasta el momento el pasado siglo XX el día que se casó con la mujer más deseada del mundo. La mujer más deseada del mundo comenzó a serlo cuando, después de aparecer fugazmente seduciendo a Groucho Marx en Amor en conserva, protagonizó la primera portada del primer número de la revista erótica más importante del mundo. Los celos los comenzó a tener Dimaggio cuando recibió el regalo de bodas que le propinó su futura esposa, la mujer más deseada del mundo. Los ojos de Dimaggio envilecieron al abrir el sobre y ver los negativos de la sesión completa de fotografías de su rubia platino para el primer número de la revista Playboy.

Dimaggio envió flores a la tumba de Norma Jean tres veces a la semana durante más de 20 años.

Truman Monroe

Truman Monroe

Ésta es otra de esas fotos que no admiten comentario. O no mucho, al menos. Por más que he buscado no sé quién es el autor de esta escalofriante fotografía que muestra el gesto desorientado de quien, de forma dubitativa e insegura, posee torpemente a la belleza.

A pesar de todo, a pesar de que la Paramount no la aceptara como la Holly para el Desayuno de Capote, a pesar de todos los intentos de Capote (de agarrarla con gesto turbado y de convencer a la Paramount de que ella era la Holly que desayunaba con el amanecer en Tiffany’s), a pesar de todo ello, Ella, Marilyn, ahí en esa fotografía nunca perdió la sonrisa.

Invasión

Invasión

En esta foto Sissy Spacek ya tenía 20 años. Año 1970. Me hubiera gustado ser quien le hiciese la foto.

La verdad que no recuerdo la primera película en la que me diera cuenta de que salía Sissy Spacek. Quizá fuera una de esas veces en que no sabes que estás viendo a un actor que luego te va a gustar, como sucede con tantos actores en tantas ocasiones. Pues si no me di cuenta de esos ojos y esa diminuta y escuálida, es porque o no era mi día o todavía no sabía lo que era una mujer de verdad.

Porque Sissy Spacek para muchos no será una mujer de verdad o ninguna Marilyn. Lo mío con ella igual sólo me pasa a mí, aunque, cada vez que veo a Sissy, me da la sensación de que la película gana enteros por lo buena actriz que es y por su formidable, inquietante, descarada, turbadora o encantadora presencia. Y todavía más cuando con toda la naturalidad del mundo te invade tu alma y tu sensibilidad cada vez que te mira con esos ojos, esa mujer con cara de chiquilla a la que parece le diera vergüenza levantar la mirada del suelo.

La primera película en que caí que ella salía no era Carrie, no era Malas tierras ni era Missing. Tampoco era cualquiera de sus películas actuales. Ni mirando la lista del  IMDB caigo. Cuál demonios sería esa película en la que me enamoré de Sissy Spacek. Cuál sería el día, para ponerle una cruz en el calendario.

Ozu

Ozu

La tragedia en la vida empieza con el vínculo de padres e hijos.

El hijo único, Yasujiro Ozu, 1936

Hace casi 5 años, en mayo de 2003, se presentó la oportunidad de comprobar si uno tenía dos dedos de frente. En la Filmoteca programaban un ciclo de Yasujiro Ozu, japonés del que había visto por televisión su obra maestra de los Cuentos de Tokio. Como no quería llevar el estigma, me apunté y me pegué mis buenas sesiones en la Filmoteca. Quería ver más y ésa era la ocasión.

Sin habernos dicho nada, coincidí con Enrique en el comienzo del ciclo, el cual de esa manera hacía honor al que es título de su blog. Allí vimos desde sus primeras mudas hasta sus últimas en color. Y alguna espectadora bostezó. No me vi todas. Pero después cuando pasaron los años, afortunadamente surgieron otras vías para ver más a Ozu. Incluso ha sido reeditado en DVD. Me vi pues Buenos días, que o no estaba en el ciclo de la Filmoteca o se me pasó, Flores de equinoccio o El hijo único, que me la acabo de ver hoy.

A lo mejor Ozu me cae tan bien por una cosa: cuando acabo de ver una película suya me quedo con la sensación de haber visto una obra maestra. Debe de ser eso o que Ozu me hace sentir muy cómodo cuando veo una de sus películas. Ozu plantea, desarrolla y desenlaza. Bendita y sencilla perfección.

"La tragedia en la vida empieza con el vínculo de padres e hijos". Cuando lees esta soberana sentencia antes de que comience la historia de El hijo único, sabes que te vas a encontrar con algo que será cualquier cosa menos aburrida.

When we were young

When we were young

Woody Allen, 1961

Woody Allen comenzaba a visitar a su psicoanalista. Les inventaba chistes a los demás para contarlos en televisión y pisaba las tablas en el teatro.

Para más información, consultar en su filmografía.

Dos hermanas

Dos hermanas

La cosa va de rubias. La cosa va de pedir explicaciones. La cosa va de un par de canciones.

Hace unos días que vi, y lo avisé, a Julie Delpy. Julie Delpy le canta así en inglés a Ethan Hawke, diez años después de que se despidieran Antes del amanecer. 

Cuando canta Julie, me recuerda a Carla Bruni.

Hace unos días Carla Bruni dijo que sí en un sitio y en una situación que me niego a reconocer.

Carla, me paso a tu hermana Valeria. A partir de ahora lo único que será es que te escucharé. Además, tu hermana Valeria (igual que lo sigue haciendo Robin Wright ex Penn), me sigue recordando a alguien.

Exigencias del guión

Exigencias del guión

A Marilyn Monroe le tomaron esta fotografía un día que se leía o se aprendía o se intentaba aprender el guión o el papel o la frase de alguna película de las que protagonizó. Y Marilyn terminaba por apropiarse de todas las películas.

Sí, ése es el culo de Marilyn.

Mentiras en la delantera

Mentiras en la delantera

Hombre, uno entra en rebeldía ante noticias que lees en periódicos antiguos. Ésos que guardas por si se te cae aceite y te pringa el suelo. De esa forma, me llego a enterar de muchas cosas.  Hace unos días lo hice con dos o tres noticias. Una era la muerte de Frank Morgan, un jazzman que se pasó más tiempo entre rejas que bajo libertad, sin que dejara de lado en ningún momento su maravilloso saxo alto. La segunda noticia fue que Jordi Solé Tura tenía Alzheimer. La tercera noticia fue la que me terminó por molestar. Y yo cuando me molesto, mejor que no sea el día en que me conocéis. Por ejemplo ayer, justo en el momento en el que al Zaragoza le empataron a dos en el descuento.

La cosa es que no sé quién, porque no quise leer más y sólo me quedé con el titular, había proclamado que Angelina Jolie era o es la mujer más sexy en toda la historia del cine. La jodimos. Porque uno mira bien a ver si lo que querían decir era “la mujer más sexy del cine actual”. No, lo ponía bien claro. De la puta historia del cine (¿acaso decían del mundo?) Paso de nombrar a Rita y a Marilyn y a Greta y a Ava y a Jeanne Moreau y a Jean Harlow. Me da igual que Angelina esté muy buena y sería gilipollas si voy yo y lo niego. Porque no es la primera encuesta así que sale y que dice. Pero a veces a un cuerpo perfecto le gana por goleada una cicatriz, una bofetada, un pelo teñido o las mil operaciones que se hizo Sophia Loren. De momento a la Angelina que le vayan dando morcilla. Por cierto, esta noche voy a verme a Julie Delpy. Porque hay veces en que el baremo en cuestión de las actrices va más allá del tamaño que tenga su soberano par de tetas.