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jácaras reales

Jazz

Flor del día

Flor del día Dicen, decían, dice el tópico todavía, que el instrumento de Duke Ellington era en verdad su orquesta, que puede que sea verdad, pero que a mí en estos momentos me la pela, porque ahora estoy escuchando a Duke Ellington tocando a piano solo. Ellington tenía a su niña bonita metida en el piano y cómo toca Ellington el piano es algo que a mí me gusta bastante. Barbaridad. Otra: oyendo cómo toca Ellington el suyo me digo que Ellington se escuchó muy atento el piano de Monk para tocarlo como lo toca. Billy Strayhorn era otro de esos hijos de puta que sólo saben hacer cosas bellas, perfectas, hermosas. El Lotus Blossom, sin irme más lejos. Todo esto lo digo aun a riesgo de repetirme, porque ya lo dije algún día, lo de Strayhorn digo. Escuchad Lotus Blossom, os lo ruego. Si puede ser. A ver si me entendéis. El Lotus Blossom es el tema que me estoy escuchando del piano solo de Ellington desde hace rato, que es lo menos y lo único que puede hacer uno después de escuchar apenas dos minutos treinta y cinco de una obra de arte.

El campeón de los pesos pesados

El campeón de los pesos pesados A John Coltrane un día le dijo Miles: “Pues prueba simplemente a quitarte el saxo de la boca”. John Coltrane le había dicho a Miles que cuando empezaba a hacer un solo, le resultaba materialmente imposible dejar de tocar el saxo. John Coltrane resucitó el soprano y el My favorite things sólo lo tocó con el soprano. Cualquier alternate take de John Coltrane es un tesoro que conviene desenterrar. John Coltrane no despuntó hasta los años 30. John Coltrane es Dios. Después de escuchar a John Coltrane sólo se puede escuchar a John Coltrane. Si John Coltrane no se hubiera muerto, sólo tendría 80 años. Spike Lee quiso llamar A love supreme a Mo better blues pero Alice Coltrane no le dio permiso. El último solo que he escuchado de John Coltrane, Rise 'n' Shine. John Coltrane y Elvin Jones y McCoy Tyner y Jimmy Garrison. El primer disco que me compré de John Coltrane, el Giant steps. John Coltrane aprendió mucho al lado de Thelonious Monk. Thelonious Monk también es Dios. Spike Lee también usó a Coltrane para el Malcom X.

La suerte de ser mujer

La suerte de ser mujer

Nancy Wilson es una mujer bastante guapa. Nancy Wilson es una cantante negra bastante guapa, a tenor de la portada del disco que me compré ayer. El disco es una actuación en directo desde Belgrado y me ha costado un euro. Nancy Wilson es esa clase de mujer que te gustaría conocer a cualquier precio. Cuánto pagaría uno por conocer a alguien así. Frances Davis salía en alguna portada de los discos de Miles y también era una mujer bastante guapa. En el de Tender Gender de Kenny Burrell sale una chica recostada en la hierba. El jazz es un poco machista. Mary Lou Williams era pianista. O Marian McPartland. Lil Hardin era pianista y mujer de Louis Armstrong. Horace Silver le puso nombre de mujer a varias de sus canciones. Pannonica de Koenigswater era la baronesa protectora de jazzmen. Monk escribió Pannonica, y Silver, Nica’s dream. Parker se murió en su casa. No hablo de más vocalistas chicas, porque ahí el jazz tiene suerte y casi siempre se escribe en femenino.

Jutta Hipp era una pianista alemana de la guerra fría que quiso tocar en la cuna del jazz. Grabó durante tres años, con Zoot Sims y varios discos a su nombre. Se retiró en el 58, se puso a pintar y se murió sin un duro en el 2003 sin que nadie, y menos su familia europea, se diera por enterado. Donó su cuerpo a la universidad. Resulta imposible encontrar su piano rondando por los estantes. Sólo tengo un These foolish things suyo. Puta vida, ésta.

Blues for Carmen

Blues for Carmen

Carmen es Carmen McRae. A Carmen McRae mucha gente la vio sin saber que era ella en la serie Raíces, o la serie de Kunta Kinte. Carmen McRae hacía de madame de un burdel. Y la verdad es que Carmen tenía su punto. Lo que mejor hacía Carmen McRae era cantar. Hay nombres que se olvidan o que nunca se han recordado. Entre otras cosas, por el When I fall in love que la puñetera Carmen McRae me está obligando a escuchar en repeat. A Carmen McRae la descubrí el año que casi se murió, allá por el 94, gracias a un programa de jazz, que evidentemente, ya no existe como tal, porque la vida de un programa de jazz en la radio española lo tiene claro.

 

Es difícil vivir a rebufo de las grandes. Miles se pasó un poco pero dijo que qué coño era Carmen McRae si Ella era la primera dama del jazz. Ahora que la escucho sólo a ella, pues no la cambiaría por nada en el mundo, me parece la más grande, aunque ya se sabe, Billie acecha a la vuelta, etc, etc. La versión del My Funny Valentine hace que tampoco pueda escribir, perdón.

Lo siento, Billie, pero esta noche te voy a ser infiel.

Parecidos razonables

Parecidos razonables

De tocar el saxo como Lester Young. A Lester Young se le reían en las primeras orquestas que tocaba Lester Young porque ponía el aparato torcido y también se le reían por la forma del sonido que sacaba del saxofón. Padre, perdónales. Lester Young era el amor platónico de Billie Holiday o viceversa. No se tiene constancia de que llegaran a. No sé por qué pero me cuesta bien poco identificarme con Lester Young. Por todo. Sí lo sé, pero no lo digo.

 

Quizá lo hacía ya sólo por joder, lo de torcer el saxofón. Lester Young sería mi saxo si no hubiera nacido John Coltrane. Lester Young y el contracanto de Billie, año 1937. Prezz vacilaba a la gente con un lenguaje inventado. Lester Young ni era swing ni tampoco era del bop. Lester era como un puente romano: atemporal e infinito. El sombrero que llevaba Lester Young y que inspiró a Mingus para el Pork pie Hat.

 

La culpa siempre la tiene una mujer.

Sin vergüenza

Sin vergüenza

En el 97 vino Danilo Pérez a Zaragoza al Jazz Zaragoza. El Jazz Zaragoza es el festival de Zaragoza, pero no le llaman festival porque no es un festival sino actuaciones esparcidas en tres semanas. Ponen mesas-camilla y sirven comida, si la pagas. El salmón que me tomé un año me sentó como un tiro y desde entonces no he vuelto a comer salmón ni ahí ni en ningún sitio. Danilo Pérez es el pianista panameño que se incorporó a su banda el último Dizzy Gillespie. Danilo se trajo de contrabajo Reuben Rogers y de batería al único blanco de los tres, Jeff Ballard. Menudos dos, madre de mi vida

 

Llegó un momento en el que Danilo se dirigió al público en español. Estaban tocando Things ain’t what they used to be. Tema de Ellington Mercer, hijo de. En éstas que propone un juego: “yo les voy a tocar una parte del tema y ustedes responderán cómo sigue”. Danilo todo contento cumplió su palabra. Creo recordar, como si fuera ayer, que hubo un silencio más que sepulcral en la respuesta del público. Servidor, que de suyo es muy vergonzoso, sabía la respuesta de la continuación, pero no era cuestión de: a) ser el único en la sala que se pusiera a cantar; y b) en caso de haberme arrancado por peteneras, haber dejado en evidencia al entendido respetable.

 

Igual miento, puede que alguna voz, creo que femenina, se sabía también cómo acababa el Things ain’t...

Danilo en inglés dirigiéndose a Reuben y Jeff: "They don’t know".

El susurro de Anas

El susurro de Anas

El Willow weep for me es uno de esos temas que puede pasar desapercibido en la lista de grandes temas de la historia jazz. Pero da la casualidad de que estoy escuchando el disco de un francés y un americano de 1956 y ese son de blues que irradia por los cuatro costados del tema. La canción la compuso Ann Ronnell cuando estaba enrollada con George Gershwin y las malas lenguas aseguran que fue de aquél la paternidad del Willow. Me da igual.

 

Speak low es de Kurt Weill cuando Kurt Weill estaba ya en América. Speak low la canta Ava Gardner aunque doblada en Venus era mujer y es otra de esas canciones que puedo escuchar una y otra vez sin parar sobre todo si la versión es cantada, en concreto la primera versión que escuché en mi vida de Speak low, que además fue la primera vez que escuché Speak low y que la canta Anita O’Day, otra de esas que escuchas cuando canta y te rindes a sus pies y  a su voz. Anita O’Day, otra de esas rubias maravillosas que ha parido el jazz. Ann Ronnell creó la BSO de Venus era mujer y le cambió las letras a algunas canciones previas, inclusive nuestro Speak low. Me da igual. Esa película en la que Ava Gardner se hizo diosa para la posteridad. Y el animal más bello, etc, etc.

 

El disco del francés y el americano se llama Afternoon in Paris. El francés es Sacha Distel antes de grabar música comercial y el americano es John Lewis, el cerebro del Modern Jazz Quartet y compositor de Django pensando en Django Reinhardt.

 

Si Anita era teñida, también me da igual.

Bandas animadas

Bandas animadas

Mafalda, Quino. Mi tocayo Miguelito que toca la trompeta, Mafalda que dice “¡BASTA CON ESA TROMPETITA! Silencio. Miguelito que pregunta: “¿El jazz te entristece?” En las series y los largos de Charlie Brown hay jazz. El tema principal de Carlitos (Carlitos sólo en España) lo compuso Vince Guaraldi, un italo-americano, músico de sesión en orquestas de los años 50, 60. Wynton Marsalis un día dijo que si quería oír jazz en casa tenía que esperar a que empezase Peanuts. El padre de Wynton es Ellis Marsalis y  toca el piano. El tema de Misión imposible, primero la serie, luego lo demás, lo compuso Lalo Schifrin, el argentino pianista que reclutó Dizzy Gillespie durante sus giras por el mundo. El tema es un 5/4, lo mismo que el Take five. Me gusta pensar que la pantera rosa se pone jazz en casa. También hay mucho jazz de big band en los “cartoon” antiguos de la Metro en B/N.

 

Ya dije un día que en una serie del año 87, que se llamaba El local de Frank, hay un tema del deep South que cantaba Louis Armstrong. Todavía dudo si es When it’s sleepy time down South. Y también dije que al juez Harry de Juzgado de guardia le gustaba Mel Torme y que por eso tenía una foto suya en su mesa, o colgada de la pared. Sigo sin recordarlo.

 

El título del libro que me estoy terminando también se llama Jazz.

 

Ahora que pienso, Mafalda vs. Carlitos.

Un poco loco

Un poco loco

Thelonious Monk compuso el 52nd street theme y se lo regaló a Bud Powell. Se lo regaló quiere decir que el padre del actual batería T. S. Monk nunca tocó el 52nd street theme. Bud Powell tenía una esquizofrenia destructiva reconocida médicamente y alimentada por el alcohol y más cosas. En el concierto del Massey Hall, Toronto, 1953, Bud Powell, dicen, tocó el piano sumido en fuertes dosis de licor espirituoso. La película de Tavernier Alrededor de la medianoche se basa en la vida de Lester Young pero también en la de Bud Powell. Muchos músicos americanos que se fueron a Europa desde siempre. Bud Powell llegaba a tocar en absoluta libertad, en la libertad que le daba Europa, temas de 45 minutos seguidos. Coltrane hizo, según confesión propia,  la mejor versión de su A love supreme en Antibes, después de haberla grabado en disco. Bud Powell se pegó internado en el 47 dos años en un sanatorio; en el 53 salió después de 17 meses de otra casa de locos. A powell le llamaban Buddah. El tratamiento era de puro electroshock. En total, cinco reclusiones. O su manager le obligaba a encerrarse en un apartamento porque, si no, Powell no iba a tocar a la sesión nocturna del club.

El tema Celia está dedicado a su hija y no parece el tema de un esquizofrénico y postrer enfermo de tuberculosis. Reivindico a Elmo Hope, amigo de Bud Powell y maldito del piano, al que escucha Federico Luppi en Martín (H).

Un día contaré una historia cojonuda que tengo de un pianista de Zaragoza.

Deudas con amor

Deudas con amor

Ahora mismo, Billie, pero mi primera dama fue Ella. A Ella la llamaban la primera dama porque a Billie el nombre no le pegaba, aunque no hacía puñetera falta. Eso. Que al principio era Ella. Ella tiene un disco con sólo Ellis Larkins de pianista y canciones de Gershwin y del cancionero popular. Después del disco quintuple que dije que fue mi primer e indirecto (porque creía que era otra cosa que jazz) disco de jazz, el de Ella y Ellis fue el primer disco de jazz que ya empecé a saber que era de jazz. A Ellis Larkins no lo conoce ni Dios. Allá ellos. Ocho de Gershwin y doce del cancionero. No has oído el Stardust de Carmichael hasta que no has oído el Stardust que canta Ella.

 

Ella acabó como acabó, la pobre. No ahondar en la herida. Los discos a dúo con Joe Pass de los 70. Ya bajaba. Normalmente las vocalistas al final bajan. Salvo Betty Carter y Sarah, posiblemente. Ella se casó con Ray Brown contrabajo. La portada del disco con Louis sobre Porgy and Bess. Uno se casaría con Ella y a Billie la tendría como amante. Se podría decir. El caso es que desde que estoy con Billie, no la visito mucho. Bueno, ahora me estoy poniendo el I’ve got a crush on you. 

Tenía esa deuda.

Duendes en Europa

Duendes en Europa

El manouche lo deberían recetar en la Seguridad Social. Está Bireli Lagrene, que cuando quiere toca más electrificado, y cuando quiere, más Django Reinhardt. Está Lactho Drom, que son unos belgas que son la leche en verso. Temas que oír estilo manouche. I’ll see you in my dreams, el primero. Dinah. I’m confessin that I love you. Todo lo que compuso y/o tocó Django Reinhardt. Los manouche son los gitanos belgas. Acordes y desacuerdos, cuando Django Reinhardt se le aparece a Sean Penn en la película. Es como el Dixieland, y por eso nunca pasará de moda.

Latcho Drom sale en la película Latcho Drom, de Tony Gatlif, sobre los gitanos en Europa. David Reinhardt es guitarrista y el nieto de Django Reinhardt. El nombre de Tchavolo Schmitt me sonaba y quiero escucharlo pronto. Sale en Swing, de Tony Gatliff. Dorado es su primo. Florin Niculescu toca el violín, dicen, como Stèphane Grappelli. Cuando se quemó los dedos Django, hoy no lo cuento. Nuages. Django, no es manouche, pero lo compuso John Lewis del Modern Jazz Quartet. Óscar Alemán era un guitarrista argentino que era contemporáneo de Django Reinhardt, del estilo de Django Reinhardt, tan bueno como Django Reinhardt. Pero menos conocido. Nada conocido.

Bireli Lagrene antes de hacer la mili, si los manouche hacen la mili, se cansaba de grabar discos. El de la foto es Django también de pequeño.

El hombre que pudo reinar

El hombre que pudo reinar

Lie with me es una película tan sumamente insulto a la inteligencia (acuñó expresión la genial Olvido en uno más de sus geniales post) y tan sumamente insulto a los sentidos, que tenía que compensar la cosa rápidamente y como fuera. Tenía en mente el Autumn leaves, tanto cuando los anglosajones le cambiaron el nombre como cuando todavía era solamente Les feuilles mortes y la cantaba Yves Montand. Pero se me cruza Nat King Cole, cuando Nat King Cole iba camino de seguir a Adelita por tierra o por mar. Que la cosa tenía su encanto, pero eso era otra cosa. En 1956 Nat King Cole únicamente tocaba el piano en la intimidad. Nat King Cole antes de cantar fue pianista fabuloso de la era pre-bop. Nat King Cole se puso a cantar un día porque el cliente le dijo que o repetía el Sweet Lorraine o conseguía que le echaran del local. Bendito.

I love you for sentimental reasons es la tercera vez que la nombro, porque la versión que hizo Nat King Cole es la que más me ha llegado hasta el momento. Componía. The Complete After Midnight Sessions se llama el disco. Nat King Cole vale para que te alegre el día y para que te lo arreglen. Solo o en compañía de. Según te digan I love you for sentimental reasons. Creyendo que me compraba otra cosa, Nat King Cole era uno de los cinco integrantes del primer disco de jazz que me compré en su día por el Círculo de lectores, sin saber que aquel disco era un disco de jazz. Louis, Ella, Billie y Nina. Y él.  

Es una pérdida de tiempo ver Lie with me.

Muy negro

Muy negro

John Scofield es el veterano guitarrista americano que hoy no he visto en Zaragoza. Gracias a la enorme promoción que ha tenido este concierto a lo largo de la semana, me he enterado del mismo cuando ya pasaba, supongo, la hora larga de la actuación. O sea. Que luego nos rasgamos las vestiduras. Y así nos va, y el pelo nos luce, etc, etc. Luego miras el Heraldo y lo encuentras a escondidas y en letra pequeña. Dos líneas de mención. Que se apañen los que puedan. Eso sí, veremos el próximo día que dicen cosas como que sólo 200 personas en la sala. Suplemento super-fashion central en el Heraldo. Que si quieres arroz, Catalina.

Nada. Botellones y macrobotellones. Hasta en la sopa. Gracias. John Scofield es un tío que toca la guitarra, por si no sabían algunos. Que a este paso, cada vez somos menos. El fomento de la cosa, ya ves. Me hubiera gustado ver hoy a John Scofield. Habrá que agradecerlo a quien corresponda. Una menos. Como hay tantas ocasiones... Pues eso.

En color

En color

La cuestión es oír que tocan por la radio la canción del Mood indigo. Bendito el día que Duke Ellington compuso el Mood indigo. Poner Mood indigo es más bonito que cuando el desconocido del anuncio le regala flores a la chica. Mood indigo nunca será sintonía de un móvil, y que se prueben. Cuando Billy Strayhorn se incorporó a la banda del Duke se inventó algunas cosas tan soberbias como Chelsea Bridge o el Passion Flower. La Ellingtonia le debe tanto al Mood indigo como a las joyas de Billy Strayhorn. El Mood indigo es una de las seis o siete obras maestras de la cultura del siglo XX.

Con el tiempo, le pusieron letra. El Mood indigo primitivo, del año 30, lo protagoniza Barney Bigard, el clarinetista blanco que tocaba en la mejor orquesta de negros. El tema también es suyo. La Ellingtonia: dícese de Mood indigo, In a sentimental mood, Creole love call. Un año vino al Jazz Zaragoza la Viena Art Orchestra, con un monográfico del Duke, demasiado bueno. Proyectaban imágenes del B/N ellingtoniano. Cada canción de Ellington tiene colores. A veces son los mismos salvo que son ricos en matices. Entre paréntesis Mood indigo también se llama Dreamy blues. El Mood indigo es tocar el jazz a cámara lenta. En tres minutos menos diez segundos.

Improvisado

Improvisado

El cool de Lennie Tristano. Los discos de Lennie Tristano de 1949 son una reliquia. Y los del 46-47. A Lennie Tristano le gustaba tocar en un club con su trío. Tiene aire de club el cool. Lee Konitz había co-inventado con Miles el cool por esas fechas. Pero es que Tristano ya tocaba así antes de que Miles se inventara el Birth of the cool. Lee Konitz fue el culpable de que All the things you are, ese puñetero y dificilísimo tema de tocar, se convirtiera en el caballo de batalla del cool. Konitz lo tocó tantas veces que ni él mismo sabía bien dónde empezaba el tema y dónde la improvisación. Cuando se apropió del tema, directamente comenzaba improvisando. El All the things you are se convirtió en ese juego de palabras que ya anunciaba en lo que iba a quedar la melodía original. Subconscious-lee. 

 

Warne Marsh era el saxo tenor del cool. Muy olvidado. Lennie Tristano se empeñaba bastante en que su piano sonara dísono. Y tenía un guitarrista que se llamaba Billy Bauer que era la leche. Si hoy se oyera el cool que hacía Lennie Tristano, más de uno se quedaría con la boca abierta por incrédulo: en esos años se hacía eso, hoy no, por qué nadie inventa tanto en jazz. Para entender lo que digo, hay que escuchar Line up. Y luego hablar. Quizá todo se resuma en una palabra bastante difícil de conjugar bien en jazz: improvisar.

La mujer del cello

La mujer del cello

John Lurie es un tío extraño. Muy raro. Hacía unas cosas muy raras cuando actuó aquí en Zaragoza hará unos años. Debía tener algo así como un bote en un aparte del escenario con algo dentro, que no dejaba de tomar a cada pausa de sus solos. Lurie toca el saxo. Alto, bajo, o el de más allá. A saber lo que había en ese frasco.

John Lurie pertenece al entorno de la factoría de John Zorn, otro viejo zorro de los que hacen música más rara que ella misma. La Knitting Factory. No es jazz, pero tiene jazz. Lo fácil, decir “música contemporánea”. En Funny games casi la única música que le pone Haneke a la película es una de esas perlas que hace habitualmente John Zorn.

El día que John Lurie tocó en Zaragoza no sabía quién era John Lurie. Trajo un grupo con violoncello incluido. Un bajo tocó la introducción del tema de James Bond, mejor que el del tema original de James Bond. El violoncello lo tocaba una joven, e hizo un solo la chica que, según lo bautizó muy acertadamente en su día mi amigo Fernando, parecía que le estaba haciendo (dijo otra palabra) al violoncello el amor.

John Lurie solía salir en las películas de Jim Jarmusch. Por cierto, ahora que sólo me queda de ver de él la del samurai, digo. Jarmusch me gusta. Unas veces más que otras, pero me gusta. También sale en los retales que le quedaron a Wayne Wang y a Paul Auster para hacer Blue in the face, después de que rodaran antes Smoke. En Down by law y en Stranger in paradise cultiva esa imagen de “malditismo” que le viene al pelo.

En el concierto aquel le pedían a Lurie que tocara a Coltrane, no sé si de coña o porque era una como una bronca para que tocara jazz de verdad. Aún me acuerdo del primer tema que tocó, el tío, cómo nos dejó. Fernando se compró el disco (The Lounge Lizards. Queen of all ears)

Gigante

Gigante En Rayuela Cortázar dice que Erroll Garner es un cursi o algo así. En Escalofrío en la noche, la psicópata que atormenta a Clint Eastwood en la película, le pide que ponga en la emisora de radio en la que éste trabaja la canción de Misty. Ella Fitzgerlad cantó una versión de Misty, y Sarah Vaughan otra que me gusta aún más. Erroll Garner tocó con Parker varios temas en 1947. Erroll Garner medía menos de metro y medio y se ponía listines de teléfono para poder tocar bien y llegar al teclado. Michel Petrucciani tenía una enfermedad degenerativa y yo lo vi entrar con muletas al escenario en uno de sus últimos conciertos que dio en su vida. En noviembre del 98. Dio un concierto de hora y veinte con un medley seguido de 45 minutos con temas de Gershwin. Sin parar. Tenía como unos pedales adaptados. Dijo en inglés que le daba miedo tocar esa noche porque era la primera vez que tocaba en Zaragoza, el puñetero. Petrucciani medía como 90 centímetros y se murió ese invierno con 36 años. Tiene un disco grabado con su padre guitarrista, que se llama Conversation. Su hermano Louis toca el contrabajo.

Por qué me gusta el Dixieland

Por qué me gusta el Dixieland

Porque me gusta

Porque me recuerda a los créditos de las películas de Woody Allen

Porque es el primer jazz

Porque se podía bailar

Porque te alegra el día

Por los discos de microsurco

Porque otras cosas sí que pasan de moda

Porque usaban tablas de lavar la ropa de percusión

Porque, así y todo, era música de los negros

Por Fletcher Henderson

Por Jelly Roll Morton, Kid Ory, King Oliver y Eddie Condon

Por el Storyville de Nueva Orleans

Por los revivals de los años 30, 40, 50...

Por el Tiger Rag

Deep Blue

Deep Blue

Do you know what it means to miss New Orleans es de esas canciones que, si la oyes una vez, estás perdido. Porque, aparte de que es muy buena, entra a formar parte del pequeño elenco de canciones-que-no-sabes-porqué-pero-son-para-siempre-tuyas-nada-más.  En 1946 Hollywood hizo otra de esas edulcoradas y sui generis películas sobre los negros y el jazz, que se llamaba New Orleans. Sale Louis Armstrong, y Billie Holiday, y Barney Bigard y más músicos. En la banda sonora hay temas de blues, del origen del jazz, porque la película va sobre los orígenes, al estilo Hollywood, de la música de jazz. En la película hay dos versiones. Una la canta Billie Holiday con la trompeta de Louis. Otra la canta Billie con piano. Louis la grabó ese mismo año al margen de la película. Do you know what it means to miss New Orleans. Es otra de esas canciones sureñas plagadas de nostalgia y melancolía que tan bien reflejaban el sentimiento de los negros de Louisiana. Y que te apetecería, más que nunca, saber tocar algún instrumento para poder tocarlo.

Y me parece que en una serie que había hace años, que se llamaba El local de Frank (de nuevo 1987), tenían de cabecera o de créditos finales una canción sureña plagada de nostalgia y melancolía. No sé si era ésta o (según pude deducir con el paso de los años) When it’s sleepy time down South. El caso es que seguro que el que la cantaba era Armstrong. Y también que era una canción sureña, etc, etc. El inconsciente por entonces ya se me estaba acondicionando al terreno del jazz.

La trompeta de Brownie

La trompeta de Brownie

De quien hablo, alguien llegó a decir: tiene las ideas de Miles y la técnica de Gillespie. Malas lenguas, seguro. Tiene discos de sideman con Sarah Vaughan, Dinah Washington, Helen Merril, imprescindibles. Los que hizo con Gigi Gryce en París a escondidas de Lionel Hampton, cuando éste vino con su orquesta a Europa. Porque Hampton los mantenía a raya, pero ellos dos se burlaron de su vigilancia y los grabaron. Los que co-lideró con Max Roach, a la par, creando “el” quinteto de la década de los 50, sin rival hasta que llegó con el suyo Miles. Todo esto, que es y no es poco, en apenas cuatro años. Hasta 1956. El día en que Clifford Brown desapareció. Se murió con el hermano pianista de Bud Powell, Ritchie, en un accidente en la carretera. I remember Clifford es la balada que Benny Golson le compuso después. El que no haya tocado alguna vez ese tema, básicamente no puede llamarse músico de jazz. Hay grabaciones medio caseras con Max Roach en plan jam session. Y componía standars de jazz como churros.

Y yo me pregunto, aunque suene un poco absurdo, lo que ocurre con el instrumento propiedad de un músico, cuando se muere. Que dónde acabó la trompeta de Clifford. Pues que seguramente se murió con él, en el coche, en la autopista de Pennsylvania.